martes, 25 de marzo de 2014

Día a día.


Quizá ya conozcas esto que estoy a punto de decir. Quizá lo conozcas, pero no lo recuerdes. Y quizá necesites saberlo. Pero, de todas formas, siempre viene bien recordarlo.

“*Toc, toc*
-¿Hola? ¿Estás ahí?
-¿Quién es? ¿Qué pasa?
-¿No lo recuerdas? Tenía algo que darte hoy.
-¿Tú? ¿A mí? ¿Quién eres?
-La que te trajo también un regalo ayer, ¡claro!
-¿Un regalo? ¿De qué hablas?
-Parece mentira que aún no te hayas dado cuenta. Bueno, no te preocupes. Ya te sorprenderé cuando despiertes. ¡Hasta luego!
Corrí hacia la puerta, invadido por la curiosidad y la inquietud ante la voz que prometía ofrecerme algo especial. Pero cuando abrí la puerta, ya no había nadie.
Entonces, me desperté en mi cama, de repente. Y me di cuenta de que todo fue un sueño.”

Día a día, la vida tiene algo para ti. Algo que necesitas, algo que mereces. Podríamos definirlo como un “regalo”. Ese regalo viene a ti, siempre.
No tiene por qué ser algo material. A veces, se trata de experiencias, de sueños, de oportunidades... A veces, es algo tan simple como un pañuelo de papel que alguien te ofrece cuando lo necesitas. Son detalles tan pequeños, que en ocasiones los pasamos por alto.
Me atrevería a decir, que estoy seguro de que hay algo de magia oculta en todo esto. Porque, aunque no lo creas, NO fue casualidad que el chico con el que te chocaste al doblar aquella esquina sea ahora el hombre con el que estás casada. NO fue casualidad que la chica a la que ayudaste a recoger sus libros cuando se le cayeron frente a ti sea ahora la madre de tus hijos.
Cree en lo que te digo: Las casualidades, NO EXISTEN. Todo forma parte del maravilloso proyecto de tu vida. Es un ciclo, único y perfecto, que hace de ti alguien especial e inigualable en toda la Tierra.
A veces... es algo más complicado. Hay regalos y detalles, que no gustan, por supuesto. Pero si la vida puso ahí esa piedra con la que te tropezaste, quizá pretendía que vieras las flores justo delante del bache. Si hizo que alguien desapareciera de tu vida, quizá ese espacio será ocupado por alguien que te hará sentir aún más especial. Yo creo, personalmente, que necesitamos hacernos fuertes mientras vivamos, y por eso recibimos experiencias desagradables, o difíciles... Para aprender. ¡Necesitamos aprender! Es difícil de captar al principio (ni yo mismo termino de entenderlo a veces, ¡créeme!), pero nada de esto consiste en captar ni entender nada. Consiste en asumirlo, disfrutarlo y seguir recibiendo con los brazos abiertos.
Y lo más importante:
Quizá tú seas un regalo para alguien ahora mismo.

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