lunes, 31 de marzo de 2014

De la rabia a la impotencia


"Dos sensaciones nada recomendables, que al mezclarse y agitarse en una coctelera resultan una peligrosa combinación solamente comparable con la explosión del volcán de Pompeya: Fiero, letal y abrasador.
Pretendo hacer un análisis un poco más en profundidad de ese instante en el que abandonas toda consciencia para adentrarte en el lugar más ardiente y al mismo tiempo triste de tu mente.
Podríamos empezar por deducir qué lo provoca. Y como siempre es mejor hablar desde el punto de vista propio antes que generalizar, para evitar discusión y malas interpretaciones, eso mismo voy a hacer. En mi caso, normalmente me siento así cuando alguien con/o algo quiere provocar mi enfado o tristeza y yo no quiero permitirlo. Entonces se genera un debate emocional que no me deja decidir si mantenerme sereno o dejar que se manifieste la agresividad que impulsivamente quiero liberar. Aquí planteo que no se me malinterprete: Ni soy agresivo por lo natural ni tengo ningún tipo de conducta peligrosa o dañina. Antes de juzgar planteémonos que todos tenemos arrebatos y enfados. Y de ahí que cada cual saque sus propias conclusiones.
Unos buenos ejemplos de en qué situaciones se puede generar este sentimiento, es cuando te recriminan que has hecho mal algo para lo que pediste ayuda y te la negaron. Sí, es un caso personal. ¿Nunca os ha pasado? O como cuando lo das todo para conseguir algo que al final se te escapa de las manos. Tantas situaciones que a nadie le gustaría vivir...
Mi consejo es que intentéis evitar que nadie se sienta así jamás. Porque duele, y duele mucho. Es sentirse mal con uno mismo, a la vez que con el mundo. Y por un momento, aunque sólo sea un instante, ODIAS. Y odiar siempre es horrible.
A veces me planteo, que por qué doy la chapa de forma tan pesada y cansina. Y me contesto que sólo intento hablar de sentimientos. Porque es algo de lo que se está perdiendo la costumbre, por miedo a abrirnos a los demás. Y los sentimientos es lo único que nos diferencia a los humanos de los monstruos que fuimos mucho tiempo atrás. Digo yo."

Leo.

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