domingo, 27 de noviembre de 2016

Algún día, me habré ido.

Algún día, me habré ido.
Por donde mis pies pasaron, serán llanos inertes
Por donde he llorado, crecerán flores silvestres
Donde tuve miedo, alguien se refugiará
Donde tuve sueño, ahí ya nadie dormirá.

Algún día, me habré ido.
No dejaré baladas tristes, ni llantos
Me niego a los lutos y los encierros
Porque por algo así sufrieron tantos
Atrapados en un mar de desconsuelo.

Algún día, me habré ido.
Sin polémicas, ni escándalos. Solo ido.
Solo uno más de tantos, tantos hijos
Que aún buscan a sus madres en el nido
En medio de un país de ruido y estruendo.

Algún día, me habré ido.
No lo dudes, te lo juro, me habré ido
Desconozco aún la causa de ello
Pero sé, que el deseo más bello
Es querer luchar y no haber podido.

Algún día, me habré ido
No será algo difícil, yo creo
Y me olvidarán cuantos me conocieron
Entre tanto nombre, mote, chascarrillo
Juanma, Valerie, Vittorio, Leo
Finalmente, no era más que un chiquillo

Como muchos más, que antes murieron.

domingo, 20 de marzo de 2016

Game Over

Dejemos de presumir de falsos avances de la evolución: si no puedes, estás eliminado de este juego de mierda. Sí, hay personas, que están ahí precisamente para ayudarte. Pero no te engañes, si no tienes lo que hace falta, no importa cuánto se esfuercen en hacerte creer que tú puedes con todo. No puedes. Y ya está. En el fondo, como yo, lo sabes. Pues dejar de autocompadecerte. Es como esa escena que tanto me gusta de la peli de V de Vendetta.  La de la carta de Valerie. Al final, afronta la muerte. La muerte eh. Estamos hablando del final de todo. Cuanto has reído, cuanto has llorado, cuando has amado, odiado, corrido, comido, follado, despreciado, equivocado... Acaba en un suspiro. Se llama "expiración".
Sorprende la cantidad de personas que aceptan que si fin está cerca. Es como rendirte a algo de lo que no puedes escapar. Al fin, lo asumes. Y sí, te sientes triste. Parecía bonito. Pero acabó. Déjate morir. Deja de concederte oportunidades. La parte de ti que luchaba por mantenerte a salvo ha hecho las maletas.
Se acabó. Los más frikis dirían "Game Over".
Y yo soy bastante friki.
Es posible que esta sea mi última entrada. Por si acaso, gracias por todo. Por esos ojos invisibles que me leyeron alguna vez. Seguid adelante y sed valientes como yo no lo he sido jamás.
He aquí, mi Game Over.

martes, 1 de marzo de 2016

Diálogo interno.

Hace mucho que no escribo. Ya sabéis, los que aún paseáis los ojos por estas líneas de vez en cuando que soy bastante irregular a la hora de escribir. Siempre he creído que no imponer un horario al corazón es bastante más productivo que forzarle a expresarse y sangrar sobre el papel. U ordenador, en este caso. 
Me dedico estos días a reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro. Complejo compendio de palabras que alguien inventó para definir unos conceptos del tiempo que han causado más de una tragedia psicológica. Parte de mí quiere olvidar el pasado y parte de mí y quiera subirla. Parte de mí quiere vivir el presente y parte de mi quiere abandonarlo para siempre. Parte de mí quiere asumir su preocupación por el futuro y otra parte prefiere meterlo y garantizarme que no existirá. Me siento tan confuso que no sé a quién escuchar. Es como aquella historia de los lobos en el corazón.
Lo único que sé es que definitivamente mi mente y mi alma descansan en tiempos separados. Tengo la mente podrida de orgullo y el corazón podrido de tristeza y negatividad punto pero ¿qué puede hacerse contra alguien a quien no puedes destruir? La respuesta es simple: cambiarlo. Pero es más difícil cambiarse a uno mismo cuando estás aferrado a cosas que no siempre te vienen bien.
Hoy definitivamente no era un buen día. En mi fantasía lo único que podría arreglar el desastre de hoy es tener un pecho en el que llorar y unos labios que me susurren que todo va a ir bien. Un abrazo sincero, desnudo y cálido, que me prometiese un refugio de esta locura. Pero hoy no va a ser. Algún día, seguro. Pero hoy tengo que aprender a hacerme fuerte yo mismo. Que esos susurros que deseo tienen que salir de mí. Soy yo quien debe prometerme que todo pasará y que llegaré a conseguir cuanto me proponga. 
Pongo fin a este día nefasto. Me voy a la cama. Sólo.