martes, 28 de abril de 2015

Frases que me ponen los pelos de punta.

Tal y como soy, y quien lleve tiempo leyéndome me conoce, hay ciertos conceptos o ciertas situaciones a las que soy reacio. Y como a todo, a estas situaciones llevan las palabras.
Estas son las frases que más nervioso me ponen, dependiendo del contexto.

  1. Te quiero.
  2. Tenemos que hablar.
  3. He estado pensando.
  4. Anda que ya te vale.
  5. Tengo que hacerte una pregunta
  6. ¿De dónde viene lo de Leo?
  7. ¿Alguna vez has...?
  8. Tío, ¿es verdad que tú...?
  9. Dice tu ***CENSORED*** que una vez hiciste...
Las entradas a veces salen largas, y a veces salen cortas. Qué le vamos a hacer.

sábado, 25 de abril de 2015

¿Qué es esto?

No estoy acostumbrado a emociones positivas. Soy tendente a pensamientos y sentimientos algo pesimistas, y a menudo me hundo entre las sábanas buscando el consuelo de nadie.
Por eso, me pregunto... ¿qué es esto que siento, después de tanto tiempo siguiendo la rutina mencionada?
¿Quizá esperanza? ¿Quizá armonía? ¿ilusión?
¿O quizá es otra vez la tristeza, disfrazada, oculta para sorprenderme de nuevo con las manos en la masa?
No sé. No quiero pensarlo. No quiero que vuelva. Mi puerta está cerrada. Una puerta distinta, sí. Pero ahora es mi puerta y quiero aferrarme a ella.
 Pero la vida no va de puertas. Va de ser feliz (si se puede), de sobrevivir, de reir y llorar, de sentir e ignorar... Creo sinceramente que me enfoco demasiado en ver los pétalos e ignorar el rosal. No sé si me explico. Creo que no hay una sola persona en el mundo que me entienda al 100%. Pero adoro a las que me entienden en algún porcentaje.
Dicen que las mentiras son sólo verdades a medias. Me gustaría saber qué hay de verdad y de media verdad en mi interior. Qué siento, qué debo sentir, qué no me hace bien.
Casi no me conozco a mí mismo. Y eso que he tenido tiempo de estar conmigo. Unos dieciocho años, más o menos.
Creo que soy una de las pruebas de que una frase de mi cosecha, sea cierta: "Sólo es hombre el hombre que teme". Yo temo. Más que nadie, creo. Y no puedo evitarlo. Por ahora.
Ahora estoy trabajando para cambiar. Cambiarme a mí mismo, quitarme este velo oscuro y pesimista. No quiero ser pesimista. Ese es mi primer pensamiento positivo. El primero de muchos, espero.
Aunque considero ser pesimista hasta cierto punto sabio... no sé. Vamos a darme tiempo y a ver qué pasa.

lunes, 20 de abril de 2015

Lo que no te esperas.

Veo fotos mías de hace unos años, y no puedo evitar pensar... Cómo he cambiado...
No me refiero físicamente, aunque también (sigo siendo igual de feo, pero bueh). Me refiero a que cuando tenía 12 años, ni si quiera me hacía la más débil idea de que algún día estaría en la situación en la que estoy ahora. Cuando tenía 9 años, ni siquiera tenía el más débil atisbo de la vida que tenía cuando tenía 12 años. Y así. Un ciclo eterno de inesperadas conclusiones.
Y es que es cierto eso que mucha gente dice "NUNCA SE SABE". Desde luego que no. Nunca se sabe las patadas ni las caricias que la vida te tiene reservadas. Es algo chistoso que un niño de 18 años inexperto, inmaduro, incoherente, y por qué no, gilipollas hasta morir, escriba estas palabras y se atreva a publicarlas pretendiendo llevar razón. Pero a ver, atrévete a comentar, ¿no la tengo?
Desde ciertos aspectos históricos nos han enseñado a que tenemos que ser previsores y prepararnos hasta para lo que nosotros mismos ignoramos lo que vamos a hacer. Yo debo de haber salido algo defectuoso, porque me dan siempre por donde menos me lo espero. Soy así de imbécil.
De bueno soy tonto, sí, pero este no es el tema. El tema es, que te animo a que te enfrentes a las adversidades. A que no tengas miedo. Porque yo lo tuve, y te puedo decir que aquí estoy. Libre, por fin libre. Bueno, no del todo, pero bastante más que antes. Mi consejo es que no te hagas pequeño, sino que te crezcas ante tus problemas. Sé fuerte, y otros lo serán a tu lado. Haz las cosas con la misma ilusión cada día. Ayuda, y déjate ayudar. Todo irá bien, te lo prometo. Pero estate preparado, porque hasta tu sombra te abandona en la oscuridad.
Lo escribí en mi entrada anterior. "Hasta la luz más débil brilla en la oscuridad". Permítete a ti mismo ser esa luz. Verás como todo lo que te rodea, hasta tus problemas, puede llegar a ser hermoso, y reconfortante.
Y una cosa más. "Ante los problemas, no te rindas. Porque aunque las ventiscas, heladas y lluvias te hielen, siempre habrá algo que te abrigue... aunque sea la piel del enemigo..."
Eso tampoco te lo esperabas, ¿eh?

sábado, 18 de abril de 2015

Esperanza

Tengo mucho que agradecer en la vida. Por muy mal que haya visto las cosas, siempre hay algo que me ha salvado. Me viene una frase de la película "Los seis signos de la luz" (el mejor papel de Alexander Ludwig, si me lo permitís), que dice algo así como "Hasta la luz más débil brilla en la oscuridad".
Y es verdad. Siempre hay que conservar la esperanza. Da igual el problema que tenga, tengo que recordarme "Tengo que hacerlo. Puedo hacerlo.", y siempre que lo hago, lo consigo.
Por supuesto que tengo miedo. Acabo de empezar una nueva vida y por fin siento cosas que llevaba años soñando. Siento la libertad, siento el amor, siento la esperanza y las ganas de vivir.
Hoy estoy un poco positivo. Es raro, no estoy acostumbrado a escribir palabras tan sinceras sin ser oscuras. Me hace bien pensar en las cosas buenas que me rodean. Algunas personas me animan a escribir un poco más positivo (un besito, Milena). Yo no creo que escriba negativo, creo que cuando me siento frente a un teclado las palabras salen solas de mí. A veces me siento mal, otras bien, y simplemente expreso qué ocurre en mi interior. Pero no soy pesimista. Soy perfectamente capaz de hacer sonreír y sonreír yo. Los que me conocen deben coincidir en que soy una persona muy alegre. Quién lo diría, ¿verdad?
Hasta hace poco, estuve pensando en que el mundo es muy grande, enorme, y yo muy pequeño. Hace poco que pienso "Sí, es enorme... Pero me encantaría verlo poco a poco".
Del mismo modo creo que empiezo a atribuirme un poco más de amor propio. Mis seres queridos piensan, que debería valorarme un poco más a mí mismo. Recientemente, en una conversación, dije algo así como "No sé lo que valgo... pero me muero por descubrirlo".
Se abre un frente nuevo ante mí. Se acabaron los años de tinieblas, tormentas y miedo. Ahora tengo esperanza, futuro, ilusión... y ganas de seguir adelante. Siento que nada puede pararme. Al menos por ahora. Todo esto, podría englobarlo en dos simples palabras que no suelo decir, y son tan tontas y al mismo tiempo tan intensas... y es que... ESTOY BIEN.
Y nunca lo habría disfrutado más.

jueves, 16 de abril de 2015

Sobre mí.

Entiendo que la gente a veces no esté del todo a gusto conmigo. Hay muchas cosas que odio de mí mismo, así que, ¿por qué no ellos? Al fin y al cabo, tú intentas no ser cruel contigo mismo echándote en cara tus defectos, pero la gente es cruel por naturaleza. No lo van a dudar. Los demás juzgan, y eso no va a cambiar.
Dicen por ahí que soy muy pesimista. Quizá, pero cuando me decidí a escribir estas líneas, no pensaba en ello. Sólo pensaba en expresar de alguna manera mi mundo interior.
El mundo puede tener rincones maravillosos, pero también puede ser un lugar oscuro, frío, terrible, siniestro... No logro comprender del todo de qué depende cómo veamos lo que nos rodea. Yo trato de alegrarme de las cosas buenas, y llorar con las malas. Por algún momento suelo tender más hacia la lagrimilla.
No me considero una persona depresiva. Bueno... Sólo un poco más que el resto. Supongo que el mundo me ha hecho así. Pero no debemos olvidar que mi instinto de supervivencia me ha hecho llegar a donde estoy hoy.
Odio que las cosas me salgan mal. Odio que me tengan que llamar la atención porque algo no ha terminado de ser satisfactorio. Quizá sea un poco exigente conmigo mismo. No me importaría cambiarlo. Estoy tan mal de la cabeza que creo que finalmente me volveré un paranoico con cada cosa que haga. No me gusta fallar en algo que he hecho con el corazón. No quiero volver a ser un fracasado, a pesar de tener todas las papeletas para ello.
Odio necesitar tanto cariño. Aunque antes que eso odio que la gente no me lo de. Se me llevan los demonios cuando los demás razonan "Bah, ya es mayorcito, sabe valerse por sí mismo", cuando un abrazo para mí nunca está de más. Me encantaría que si alguna vez me siento mal alguien se moleste en preguntármelo o consolarme. Pero no. Me he vuelto tan inaccesible y me he rodeado de una coraza que mis seres queridos (y los no tan queridos, mirándolo por el lado bueno) no se atreven a acercarse a mí. Y eso es triste.
Algún día cobrará sentido aquello de "Ser tú mismo". Pero de momento ser yo es confuso, y no se lo recomiendo a nadie. Más que nada, porque es imposible. Lógica.
Me encantaría ser de otra forma, menos oscura de la que soy ahora.