jueves, 26 de febrero de 2015

Autodecepción

Ahora mismo estudio Bachillerato de Artes Escénicas. Algún día quiero ser actor, concretamente, de musical. Ahora actúo en algunos musicales, aunque no de forma profesional. Suelo interpretar a los personajes antagonistas. Me mola ser el malo, porque mi registro vocal es muy bajo, alcanzo notas muy graves, y queda en algunos casos ESPELUZNANTE. Por ahí sí que me mola.
Por ejemplo, ved esta pequeña sorpresa de aquí...
Pero hay ocasiones en las que me siento una basura. Cuando voy a ver algún musical que mis compañeros hayan estado trabajando, te fijas en los personajes... todos con registros vocales tan altos, y notas agudas y preciosas, notas que yo no puedo ni podré alcanzar jamás. Y me duele.
Si soy realista sé que jamás encontraré un trabajo en lo que me gusta de la forma en la que me gustaría. No tengo una voz bonita de la que la gente no se cansa de oír. Mi voz, no gusta. Cuando me veo actuar a mí mismo, no me aguanto. Soy demasiado autocrítico conmigo mismo.
Cuando veo un personaje bonito, atractivo, con los rasgos que me gustaría adoptar, esos personajes, no son para mí. Es tan frustrante, que me dan ganas de llorar. Ves un sueño ahí, y la puta realidad te recuerda que jamás lo podrás alcanzar.
Mi voz, en la mayoría de aspectos, me ha condenado a vivir sumergido bajo mis metas. Qué asco ser bajo. Por lo menos de momento, pienso así. Ojalá fuera bueno.
Supongo que limitarme a hacer del malo en musicales infantiles tampoco está nada mal. Intentaré disfrutar de lo que puedo hacer y no torturarme con lo que no. Al fin y al cabo, no tengo capacidades, y tampoco pasa nada.

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